domingo, 15 de agosto de 2010

"Defensa de la Alegría"

Defender la alegría como una trinchera
defenderla del escándalo y la rutina
de la miseria y los miserables
de las ausencias transitorias
y las definitivas.


Defender la alegría como un principio
defenderla del pasmo y las pesadillas
de los neutrales y de los neutrones
de las dulces infamias
y los graves diagnósticos .


Defender la alegría como una bandera
defenderla del rayo y la melancolía
de los ingenuos y de los canallas
de la retórica y los paros cardíacos
de las endemias y las academias.


Defender la alegría como un destino
defenderla del fuego y de los bomberos
de los suicidas y los homicidas
de las vacaciones y del agobio
de la obligación de estar alegres .


Defender la alegría como una certeza
defenderla del óxido y la roña
de la famosa pátina del tiempo
del relente y del oportunismo
de los proxenetas de la risa.
Defender la alegría como un derecho
defenderla de dios y del invierno
de las mayúsculas y de la muerte
de los apellidos y las lástimas
del azar
y también de la alegría.
 
     Mario Benedetti

sábado, 14 de agosto de 2010

"Mujer"

Mujer, sin ti mejor que no llegue
un sábado más en la semana por la noche.
No tengo nada en mi cuarto, ni un juguete de coche,
ni siquiera un barrilete
donde remontarme y alzar vuelo.

Mujer, sin ti no doy un peso
por el camino que no sabremos el regreso.
Tanto dolor y tanto amor a transitar
no sé, sin ti, contar mis pasos
desde la arena al mar.

Mujer, sin ti que bueno esto
de bajarme justo a tiempo a apreciar
la diferencia entre querer y amar
sin ti, aprendí a montar
todas las lágrimas en cuadernos de anotar.

Mujer, sin ti no recuerdo
los aires que volé antes de cruzarte
recobraré mis ideas solitarias, sin volver
a recordar las despedidas del amor
que en sólo un día, hube de perder.

Mujer, si estás allí, oye lo que quieras,
aunque yo converse a mi modo y diga menos
de lo que las palabras escritas exigieron
en el momento exacto del amor.

Mujer, si estás allí, sé que no te importará tanto,
cuánto de amor yo ponga en este canto,
pero aunque te hagas de sordera,
sabes bien que de mi amor tú fuiste la primera.

viernes, 6 de agosto de 2010

"Pensamientos"

Escribo sentado a la sombra de un àrbol inventado en este infinito desierto. Màs allà de la lìnea del horizonte, anda la persona que va a leer estas palabras. Y mientras la luna viaja toda la noche por el cielo, descubro que algunos no tienen nada ni a nadie a su favor; que las situaciones hacen y deshacen a los hombres; que hay una gran violencia en nuestro paso acelerado que sujeta los desànimos y las renuncias y que transforma el ser en el que habita; que la vida es como una làgrima engarzada en una sonrisa. No encuentro las palabras exactas y atroces del desengaño y las que nombran el arrebato del amor y su promesa de sufrimiento y de felicidad. Siento que todos los dìas muero un poco pero no lo suficiente; que todo el mundo padece la soledad, la diferencia està en que algunos se dan cuenta y otros se distraen. Tal vez por esa comùn soledad que ninguna palabra puede remediar y que tantas veces las palabras agravan, tengo calladas alegrìas y tambièn calladas amarguras y con ellas voy viviendo. A veces me pregunto què parte de mì habrà quedado dispersa en otros sitios, aùn sabiendo que no hay respuesta. Entiendo que habito un territorio de fronteras, entre la libertad y el encierro. Que a pesar que uno vive ilusionàndose y desilusionàndose, a pesar de todo, todo se puede humanizar. Un pasillo, un corredor, una calle, el reloj. El dolor y la felicidad que provoca el paso del tiempo.

Silvio Rodriguez Reparador de sueños